Hasta el momento hemos hablado del funcionamiento de las organizaciones y cómo sus miembros dan vida a las mismas en la consecución de sus metas.
Pero para poder coordinarse adecuadamente requieren de una estructura que ayude a ordenar las acciones y las decisiones, las responsabilidades de cada puesto y área y las vías de comunicación pertinentes.
Esta estructuración orgánica suele visualizarse en un esquema denominado organigrama y, según Guillermo Gómez Ceja, “es la gráfica que muestra la estructura orgánica interna de la organización formal de una empresa, sus relaciones, sus niveles de jerarquía, y las principales funciones que desarrollan”.
Es una herramienta muy útil para informar a los colaboradores de reciente ingreso la forma en que se compone la organización y las funciones básicas de cada área, así como las relaciones entre departamentos y puestos, indicando jerarquías e interdependencias.
Volcar las articulaciones cotidianas en un plano es de gran ayuda para identificar problemas, ya que permite visualizar lagunas o vacíos, dispersiones de acciones, duplicidad de funciones, excesos o insuficiencias en el control, desmesura en el desarrollo de procesos que podrían ser más compactos y eficientes, etc.
Existen diferentes tipos de organigramas, que se adaptan a las funciones y características específicas de cada organización, capaces de expresar la forma en que se deben articular las áreas y los procesos que se llevan a cabo para cumplir las metas establecidas.
Continuará…
FLC
Quino
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