En la última entrada, mencionamos que el uso de Internet favorecía la sociabilidad de los usuarios. Las personas que intervenían en la red estaban más y mejor informadas sobre los acontecimientos locales y mundiales, así como de las novedades de sus familiares, amigos y conocidos.
En este sentido, es claro que Internet puede ayudar a reforzar las relaciones sociales, tanto a distancia como las cercanas, lazos laborales o emocionales, así como la participación ciudadana.
Pero qué pasa en los casos en que los no usuarios se enfrentan a esta interacción. Según un estudio realizado por DiMaggio, mencionado por Castells en su libro La galaxia Internet, “los usuarios neófitos de Internet tienden a experimentar un alto grado de frustración ante un medio que no dominan realmente y que les obliga a un esfuerzo muy grande para conseguir romper sus hábitos”.
Como es lógico, el desconocimiento causa incertidumbre y angustia, que sin duda afecta el desempeño de las personas. En el entorno laboral, es posible que muchos no usuarios se acerquen -por obligación- a los ordenadores y a la red, y comiencen a aprender su uso. Este aprendizaje, cargado de búsquedas infructuosas, operaciones complejas y lenguajes nuevos, en muchos casos se torna muy lento, y repercute en la productividad del empleado.
Es importante tomar en cuenta que cuando hablamos de brecha digital, hablamos también de brecha cognitiva; es decir, el uso de tecnología -cualquiera sea- implica incorporar los conocimientos necesarios para la ejecución de las funciones y herramientas que ofrece.
A medida que Internet y sus aplicaciones y posibilidades se desarrollan, los conocimientos que se deben poseer para interactuar en la red son cada vez más extensos y complejos, y se vuelve cada vez más difícil para un no usuario unirse a la comunidad de los usuarios.
FLC
Pero qué pasa en los casos en que los no usuarios se enfrentan a esta interacción. Según un estudio realizado por DiMaggio, mencionado por Castells en su libro La galaxia Internet, “los usuarios neófitos de Internet tienden a experimentar un alto grado de frustración ante un medio que no dominan realmente y que les obliga a un esfuerzo muy grande para conseguir romper sus hábitos”.
Como es lógico, el desconocimiento causa incertidumbre y angustia, que sin duda afecta el desempeño de las personas. En el entorno laboral, es posible que muchos no usuarios se acerquen -por obligación- a los ordenadores y a la red, y comiencen a aprender su uso. Este aprendizaje, cargado de búsquedas infructuosas, operaciones complejas y lenguajes nuevos, en muchos casos se torna muy lento, y repercute en la productividad del empleado.
Es importante tomar en cuenta que cuando hablamos de brecha digital, hablamos también de brecha cognitiva; es decir, el uso de tecnología -cualquiera sea- implica incorporar los conocimientos necesarios para la ejecución de las funciones y herramientas que ofrece.
A medida que Internet y sus aplicaciones y posibilidades se desarrollan, los conocimientos que se deben poseer para interactuar en la red son cada vez más extensos y complejos, y se vuelve cada vez más difícil para un no usuario unirse a la comunidad de los usuarios.
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Quino
La Brecha Cognitiva
No sólo hay "analfabetos" en internet sino en otras áreas tecnológicas; vamos, hasta en los elementos como teléfonos celulares u ordenadores sin conexión. Algunos por edad, otros por recursos. Lo interesante sería garantizar que la alfabetización requerida sea suministrada de manera más democrática. Pero, si hay gente que no puede cubrir sus necesidades primarias com el alimento, el cobijo y la salud; si hay quienes no poseen ningún tipo de alfabetización primaria (la del lenguaje de signos que se adquiere con una educación básica), ¿cómo jolines les vamos a garantizar la inclusión social en un mundo que pide nuevos saberes para no ser excluído? La situación es no sólo triste sino desesperante.
ResponderEliminarCreo que la educación y la capacitación son la respuesta para incluirlos... El resto puede mejorar a partir de aquí, pero no al revés.
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