Frase de la semana

Frase de la semana:
“En este mundo traidor

nada es verdad ni mentira
todo es según el color
del cristal con que se mira”
Ramón de Campoamor.

viernes, 11 de marzo de 2011

Cultura, Cultura Organizacional y Cultura Digital








Una de las funciones principales de la Filosofía Organizacional es promover una cultura interna. Pero antes de meternos en ese asunto, establezcamos qué es cultura.
Existen muchas definiciones, pero una manera sencilla de verlo es como el conjunto de códigos y prácticas compartidas por una comunidad; en este sentido nos referimos tanto al idioma, las creencias, las costumbres y la forma de relacionarse de las personas que pertenecen a dicha cultura.

De la misma manera que no es posible “no comunicar” (todo lo que hacemos causa una percepción en los demás, intencional o inconsciente), es inevitable pertenecer a una cultura, a alguna, ya que todos existimos en un entorno determinado que, desde pequeños, nos ha marcado –explícita o implícitamente- qué es lo que se espera de nosotros y qué no.

Sobre esta base, podemos entender a la cultura organizacional como “un conjunto de valores implícitos que ayudan a las personas en la organización a entender cuáles acciones son consideradas aceptables y cuáles son consideradas inaceptables” 1

O más específicamente como el “sistema de significados compartidos por los miembros de una organización, que lo distingue de otras organizaciones.”2

Por supuesto, estos sistemas culturales que hemos incorporado se superponen; es decir, todos pertenecemos a una cultura en lo social, pero nos adaptamos, o no, a la cultura organizacional del lugar en el que trabajamos, estudiamos, etc. Pero en esta práctica incesante, encontramos también un fenómeno más reciente, que han dado en llamar la cultura digital.

En este caso no existen definiciones establecidas, pero puede decirse que tiene que ver con la forma en que las personas se relacionan con las nuevas tecnologías, en particular las de la información y comunicación, como son celulares, computadoras, software varios, Internet, y los nuevos espacios virtuales que se han generado a partir de allí (correo electrónico, Messenger, foros, blogs, Facebook, Twitter, etc).

Como mencioné en un post -mensaje- anterior, los nativos de la cultura digital, quienes se vincularon con la tecnología desde temprana edad, han desarrollado un sistema de significaciones y formas específicas de relación en estos espacios virtuales. Quienes debieron acoplarse con el tiempo, adaptarse y aprender a entender y compartir cierto lenguaje, lo viven en ocasiones como una imposición.

En el medio laboral, seguir utilizando las antiguas herramientas -por demás lentas comparadas con la velocidad de las nuevas- no es una alternativa viable; y utilizar Word, en vez de la máquina de escribir; enviar emails en vez de cartas escritas a mano que viajan literalmente kilómetros; o compartir un video realizado con el teléfono celular y compartirlo en segundos en un espacio comunitario virtual en lugar de tomar la foto, revelarla y coleccionarla en un álbum que ocupa un espacio en un cajón, implica un sinfín de sentidos nuevos que deben conocerse para poder comunicarse y trabajar.

Esta “alfabetización” tecnológica que es necesaria en muchas de las actuales organizaciones en el mundo, es lo que nos lleva a la formación de la “brecha digital”, mencionada en el anterior texto publicado en este espacio. Pero para abordar el tema es necesario realizar primero este breve recorrido por algunos aspectos organizacionales que entran en juego.

FLC

Fuentes

1 Carmen C. Rivera, "Descripción de cultura organizacional", en revista Diálogos de la Comunicación núm. 39, Perú, Felafacs, 1994, pág. 38.

2 Robbins, Sthephen. Comportamiento Organizacional, 10ª ed. Pearson Prentice Hall. México, 2004

Imágen tomada de http://excellentias.com/

Quino








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